La Casa Rural
Entre tradición, exclusividad y turismo sostenible.
Finca el Azahar se diferencia de otras casas rurales por la tranquilidad, comodidad y privacidad que ofrece a sus huéspedes, ya que solo dispone de cinco amplias y luminosas habitaciones, con vistas a los jardines o al campo, distribuidas entre el edificio principal y las dependencias.
La reciente reforma de este lagar, donde antiguamente se pisaba la uva y se recogía el mosto, ha sido llevada a cabo por la artista y diseñadora Fátima de Burnay que ha sabido darle un toque personal y moderno. Gracias al uso de materiales típicos de la región y a la preservación de la arquitectura original, la casa rural ofrece una atmósfera singular, cálida y acogedora.
Finca el Azahar aspira a ser un alojamiento rural sostenible y respetuoso con el entorno y el medio ambiente. Ahí donde las cualidades bioclimáticas de esta arquitectura tradicional lo permiten, hemos aprovechado del confort térmico que ofrecen los espacios sin sobrecargarlos con aire acondicionados.
En simbiosis con la naturaleza.
Situada en plena naturaleza, la casa rural cuenta con un patio antiguo de canto rodado con naranjos, buganvillas, rosas y jazmines, así como con un jardín alrededor de la piscina sembrado de árboles frutales que lindan con las viñas y los olivos. Cuando el tiempo lo permite, servimos el desayuno y la cena bajo las pérgolas y las parras. Hay también un gallinero y pequeño huerto, desde donde se puede disfrutar de la visión romántica del campo.
Se ha contado para el paisajismo con el asesoramiento de María Medina, Gregorio Marañón y Peter Bourguignon.